DECÁLOGO DEL PERFECTO POLLA FRIA

1. Es indispensable tener un vicio que provoque rechazo social como requisito fundamental para ser un auténtico polla fría. Puede este pertenecer a cualquier campo pero a tenor de la experiencia del grupo suelen tener caracter sexual y drogo-adictivo presentandose como una constante el alcoholismo, que si bien puede aparecer como único vicio en alguno de los miembros del grupo suele en la mayoría de los casos presentarse acompañando de cualquier otra lamentable abyección (ejemplo: putero-borracho)

2. Hay que tener amor por la montaña y carecer de la más mínima idea acerca de la seguridad y técnicas necesarias para realizar la actividad con seguridad, podríamos asegurar categóricamente que: "un polla fria no tiene ni puta idea de lo que es la montaña"

3. Un auténtico polla fría suele embarcarse en proyectos para los que:
   a- No está preparado físicamente.
   b- Carece del material técnico necesario para acometer la empresa con éxito.
   c- Planifica espontáneamente en 3 minutos al calor de los efluvios etíicos sus próximos objetivos.

4. Un auténtico polla fría jamás comienza su excursión sin comunicar a sus compañeros lo jodido que se encuentra (y no suele mentir) ni sin cagarse en Dios y en todos los Santos (a los que pide para sí mismo la protección divina) ni sin hacer alusión a lo bien que estarían tomando unos vinos o cervezas en vez de estar subiendo y bajando cuestas, paredes y palas de nieve como gilipollas.

5. Para ser un auténtico polla frìa hay que salir a la montaña sin conocer la ruta o vía, (si bien se admiten intuiciones) y confiar después en la capacidad de improvisación. Conviene además ir desprovisto de planos o guías con lo que es común que no se alcance con éxito el objetivo marcado. Sin embargo un auténtico polla fría no se quejará jamás del fracaso de la ascensión: sabe que siempre hay algún bar, club o similar esperando abajo.

6. Un auténtico polla fría siempre olvida algo indispensable cuando sale a la montaña y asume las consecuencias que se derivan de ello, es decir, para mayor temeridad continúa adelante sin que crea que esa carencia constituye un problema. Eso si, cuando lo precisa y recuerda que lo olvidó vuelve como al principio de la ascensión a cagarse en Dios, en todos los Santos, a lo que añade cagarse en su puta madre, en la puta montaña, en la de la madre que la paríó y en su propia puta vida. Al menos, cuando termina su perjurio, reconoce que es un perfecto gilipollas.
   Ejemplo: olvidar las polainas al comienzo de ascensión en Alpes, las gafas de sol un día radiante andando por la nieve, la comida,  funda vivac durmiendo en saco, sin tienda y con previsión de lluvia, piolets cuando va a realizar aristas comprometidas, etc.

7. A un auténtico polla fría le revientan los "freakys"-para el español FRIKIS- de la montaña. Son aquellos que no paran de hablar de las virtudes de SU chaqueta con SU magnífica membrana y tolerancias a columnas de agua (si pueden ofrecen datos porcentuales), de la inclinación de los dientes de SU piolet, de la ligereza de SUS crampones o de la absorción de SU cuerda en caso de caida, etc. Cuando vas tras ellos camino de una vía de escalada y  los escuchas no sé de qué cojones van hablando de octavos grados, de gente que conocen y de nombres de escaladores que ven en las revistas de montaña que leen como un cristiano lee la biblia. La realidad es que luego los ves liados con un 6ºA al que no logran colocar 3 chapas. Un auténtico polla fría aguanta a estos detestables energúmenos que conectan su GPS para llegar hasta el teleférico y gira hacia el camino que lo evita (al energúmeno y al teleférico) para subir andando, por supuesto.

8. Un auténtico polla fría  (persona comunmente muy sensible) valora lo que ha perdido tras el abandono por parte de su novia por el número de montañas a las que va a poder ir sin aguantar monsergas. En los mismos términos cuantifica las consecuencias que pueden derivarse de coger las vacaciones cuando la empresa no las concede aunque él ya tiene determinado qué pico va a hacer y cuando. Así, la secuencia lógica de hacer las cosas para un auténtico polla fría será: 1: Me voy a la montaña, 2: Vuelvo de la montaña 3: Llamo a la mujer para saber si sigue mosqueada y al trabajo para saber si me han despedido o no.

9. Un auténtico polla fría entiende que el mundo se completa cuando se funde con la montaña. Comprende lo que es belleza cuando en un vivac la luz del cielo se atenúa lentamente dibujando un amarillo incandescente que perfila las aristas de las cumbres. Un auténtico polla fría sabe que no precisa más que la melodía que le trae el viento y el agua de un manantial para saciar su sed y comprende que esa libertad que concede no precisar nada es su verdadero patrimonio. El aire que hiere con su pureza los pulmones oxigenados, la belleza de las vistas, la dureza de las cumbres el cansancio y el resuello.

10. Un auténtico polla fría no antepone nunca una cumbre a la vida de una persona (http://compendiummagazine.com/por-que-se-dice-que-el-everest-se-ha-convertido-en-un-circo) ni compite jamás por un record, por alcanzar una cumbre. Un auténtico polla fría sabe que en la montaña se pierde la dualidad maniquea, el uno contra el otro, el bueno y el malo. Todo queda fundido y se convierte en una informe pasta: el cansancio es un amigo que hace encontrar confortable el suelo para dormir, el montañero quiere quedar por amor muerto en los brazos de quien le quita la vida, lo que en sociedad es pobreza (dormir en el suelo y comer al día un sobre de pasta) se convierte en la montaña en un auténtico lujo, la cima de un compañero es el éxito del grupo en su conjunto.

...he acariciado la caliza, afilada y áspera y he hundido las yemas de mis dedos en los relieves de su piel retorcida. Sólo tocarla, arrimar pegado mi cuerpo entero para no perder la vertical en mi precario resalte me hacía pensar en un baile pegado cuerpo con cuerpo caliente de mujer. Miré abajo y el vacío, a uno y otro lado la grandeza de los bosques en la distancia. Me sentí completamente feliz. Pensé cuánto me regalaba la roca con su existencia: Y por ahí dicen algunos: "menos da una piedra..."